El grafito está formado por carbono puro.
Al igual que los diamantes, las moléculas de grafito forman una red cristalina. Sin embargo, mientras que el diamante está dispuesto en forma cúbica, los átomos de carbono del grafito forman una estructura superficial hexagonal.
El carbono es uno de los elementos más comunes del sistema solar.
Su cuota en la Tierra es de unos 1.850 millones de gigatoneladas. Sólo el 0,1% está por encima de la superficie terrestre. Aquí, sin embargo, el carbono es la base de la química orgánica y de la vida biológica.
La razón es su especial capacidad para formar compuestos consigo mismo y con otros elementos y para formar nuevas sustancias. Por ejemplo, en combinación con el oxígeno se convierte en ácido carbónico, con el hidrógeno se convierte en combustibles fósiles y consigo mismo se convierte en diamante, fullereno, grafeno o incluso grafito.
El mineral carbono ocupa el sexto lugar en la tabla periódica.
Sus seis parámetros más importantes son la cristalinidad, el área superficial, la forma de las partículas, el tamaño de las partículas y la porosidad. La forma de aplicación del grafito depende en gran medida de la combinación de estos parámetros durante su producción.